Peineta y mantilla para reivindicar las raíces de los inmigrantes andaluces
Los andaluces vascos danzaron ayer sevillanas al son de una rumba catalana. Y un aurresku fue aplaudido por rocieras con mantilla y peineta. Era el día grande para los 36.139 andaluces que han hecho del País Vasco su casa y lo celebraron recuperando sus raíces más jondas desde un profundo respeto a la tierra en la que no pocos han pasado más de medio siglo.
"Todo lo que tengo está aquí, pero no he perdido mis raíces". Lo dice Sergio. Él nació en Bollullos de la Mitación, en Sevilla, pero pasan más de 50 años desde que decidió abrazar las oportunidades desarrollistas que ofrecía la Bizkaia de acero y mineral y abandonar su añorada Andalucía. Ahora, ya retirado, no pierde la oportunidad de cantar Al Rocío yo he de volver... junto a sus trece compañeros del coro andaluz de Santurtzi.
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