jueves, 24 de diciembre de 2015

UN JUEZ DE LA AUDIENCIA NACIONAL INVESTIGA A LA CAJA DE AHORROS DEL MEDITERRÁNEO POR UN 'PELOTAZO' URBANÍSTICO EN BOLLULLOS

Los supuestos hechos se remontan a plena época del 'boom', en el año 2006.

Fuente: El Mundo

Si por algo se caracterizó la política de inversiones inmobiliarias de Caja Mediterráneo (CAM) durante los años del boom urbanístico fue básicamente por beneficiar directamente a sus socios en las distintas empresas en las que participaba para desarrollar proyectos y por comerse en cambio las millonarias pérdidas.

El mecanismo era sencillo: la caja se asociaba con una empresa, de la Comunidad Valenciana o de fuera, para construir una urbanización de viviendas; la promotora de turno ponía el suelo, vendía todo o parte de ese solar a la CAM a precios desorbitados, la firma ingresaba el correspondiente dinero, el proyecto fracasaba y luego a la entidad financiera le tocaba asumir los números rojos y quedarse el terreno, normalmente no urbanizable, a un precio muy inferior al de compra.

Esta particular forma de gestión se dio en multitud de casos que fueron examinados por el Banco de España tras la intervención de la caja y puestos en manos de los tribunales por las sospechas de presuntas irregularidades.

Uno de ellos es el caso Hueznar, que actualmente se encuentra en fase de investigación en la Audiencia Nacional. Hueznar Inversiones SA es una sociedad constituida en enero de 2005 cuyo principal propietario era el grupo sevillano Construcciones Azagra. En la Audiencia Nacional se investiga si los socios de la caja en esta sociedad (la citada Azagra, la mercantil Padi Asesoramiento de Inversiones SL y el empresario Manuel López) lograron un pelotazo por todo lo alto en marzo de 2005 vendiendo un suelo de su propiedad y de escaso valor a la CAM. También se indaga si la caja favoreció a la constructora Azagra en distintas operaciones de refinanciación para evitar su quiebra en 2008, algo que sucedió poco después.

UN MERCADO ALEJADO

La CAM, de la mano del entonces jefe de inversiones en empresas inmobiliarias Daniel Gil, se metió de lleno en un proyecto muy alejado de su mercado tradicional. Se fue hasta Bollullos de la Mitación, un municipio de Sevilla de unos 10.000 habitantes, para edificar junto a los socios citados una promoción de viviendas.

En marzo de 2005, la CAM otorgó a la sociedad Hueznar un préstamo de 23 millones de euros para la compra de los suelos donde se iba a desarrollar el proyecto. Las condiciones del crédito establecieron que se amortizaría mediante un solo pago en marzo de 2010. Se trataba de un solar de unos 289.000 metros cuadrados de terreno no urbanizable. Los socios de la caja en esta sociedad eran además propietarios de esos terrenos, que habían sido vendidos a Hueznar y financiados con dinero de la propia CAM. Todos ellos confiaban en lograr, para iniciar la promoción, la recalificación de ese suelo. No obstante, el negocio para ellos ya estaba hecho al vender su suelo por 23 millones a la sociedad que compartían con la caja alicantina.

LOS MOVIMIENTOS

También en marzo de 2005 y posteriormente en junio de 2006, los socios fundadores de Hueznar Inversiones (Azagra, la mercantil Padi Asesoramiento de Inversiones SL y el empresario Manuel López) vendieron participaciones de esta sociedad a la CAM, que compró, a través de su holding TIP, el 30% por 3,8 millones de euros en dos ampliaciones de capital.

Mientras se sucedían estos movimientos en la sociedad, los trámites urbanísticos para conseguir que el suelo se convirtiera en urbanizable se atascaron, lo que bloqueó el negocio previsto. Y es que los terrenos estaban incluidos en la aprobación inicial (año 2006) del Plan General de Ordenación Urbana del municipio en un sector de suelo rústico no urbanizable. Todo estaba pendiente de una modificación puntual del plan parcial. Pero más tarde, la Junta de Andalucía aprobó el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía, que cortó de raíz la expansión urbanística en la región y limitó el crecimiento poblacional de Bollullos de la Mitación. La consecuencia: el plan parcial fue rechazado.

Por tanto, el desarrollo del suelo que financió la CAM a precios de oro resultó inviable. Proyecto fracasado pese a invertir 26,8 millones de euros, de los cuales buena parte acabó en los bolsillos de sus socios cuando vendieron el inservible suelo a la sociedad Hueznar. No en vano, la Fundación Caja Mediterráneo explica en su demanda presentada en la Audiencia Nacional contra los exdirectivos de la caja que «los socios acumularon este suelo, lo agruparon y vendieron a la sociedad participada por TIP al doble del coste medio de adquisición».

EL DESENLACE

A partir del no de la Junta de Andalucía al proyecto inmobiliario, Construcciones Azagra decidió salir de la sociedad. En diciembre de 2008 vendió su participación a la CAM por un euro. La caja, a través de su holding TIP, pasó a tener el 80,5% de la sociedad Hueznar Inversiones, mientras que Padi Asesoramiento de Inversiones SL conservó el 19,5% restante.

Según consta tanto en la demanda de la Fundación Caja Mediterráneo como en un informe de Deloitte que analiza todas las operaciones inmobiliarias de la CAM, esta compraventa de participaciones «se hizo por el alto riesgo que tenía Construcciones Azagra de entrar en concurso de acreedores en 2008».

Ante esta situación, la CAM aprobó por la vía rápida la adquisición de los suelos (subrogándose TIP en los préstamos que garantizaban los activos) y las participaciones de Azagra en Hueznar. El valor conjunto de ambas operaciones ascendió a 11 millones de euros, que sirvieron para cancelar parte de la deuda con CAM.

En ese momento (año 2008), el terreno objeto del negocio estaba registrado por la sociedad Hueznar en 19,8 millones. Ya en 2009, su valor bajó a 2,95 millones, mientras que una tasación realizada por la firma Savills en junio de 2011 descendió el valor del solar a 1,76 millones.

La CAM había prestado en marzo de 2005 unos 23 millones de euros a la sociedad Hueznar para comprar los terrenos. Evidentemente, la empresa no devolvió todo el préstamo. En mayo de 2009 se refinanció la operación (quedaban pendientes 19 millones), dando un año más para su amortización y concediendo un préstamo participativo de 1,7 millones.

Ya en 2011, la CAM contrató los servicios de un despacho especializado en urbanismo para conseguir agilizar la aprobación de todos los trámites para poder desarrollar el suelo. Pero el perjuicio a la caja ya estaba hecho, y los beneficios de sus socios en este negocio, también. Hueznar y Azagra quebraron finalmente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario