sábado, 19 de mayo de 2012

La detección de tuberculosis bovina en un bueye que pasta en Bollullos obliga a Triana a alquilar 40 para el Rocío

La Hermandad del Rocío de Triana ha tenido que actuar con rapidez para solventar el gravísimo contratiempo surgido a raíz de la detección de tuberculosis bovina en uno de los bueyes, que pastan ahora mismo en la finca Torrequemada, en Bollullos de la Mitación. Esto ha obligado no sólo a sacrificar al animal, sino que la Consejería de Agricultura de la Junta haya inmovilizado todos los bueyes y, por lo tanto, la imposibilidad de entrada y salida de dicha finca de los animales, con el consiguiente perjuicio con vistas a la peregrinación al Rocío, que tendrá lugar la próxima semana.
Esta circunstancia ha obligado a la junta de gobierno a tomar medidas urgentes tras intentar, sin éxito alguno, buscar otras soluciones, habida cuenta de que se trata de un caso único que, al parecer, no afecta a los demás animales, que se encuentran en dicha finca desde el pasado mes de enero.
Sin embargo, la inmovilización de toda la parada, a una semana del inicio de la peregrinación, se mantiene hasta el próximo 23 de junio, por lo que la junta de que preside Manuel Alcantarilla ha tenido que moverse con extrema rapidez. Finalmente, ayer confirmaba el hermano mayor a ABC de Sevilla que «hemos conseguido arrendar cuarenta bueyes y, por lo tanto, realizaremos como estaba prevista nuestra peregrinación anual de Pentecostés».
Los bueyes se han arrendado en Dos Hermanas y ello supondrá un coste adicional de 30.000 euros, montante que hay que sumar a los 70.000 ya invertidos en la doma y preparación de los inmovilizados, y el dinero que habrá que desembolsar para el mantenimiento de éstos en la finca de Torrequemada hasta el próximo 23 de junio como mínimo. «Nosotros, como no podía ser de otra forma, acatamos las disposiciones que ha dictado la Consejería de Agricultura, pero esto supone un dinero que es fundamental para seguir con el gran número de obras de caridad y asistencia social que llevamos a cabo. No vamos a dejar de seguir haciéndolas pero es un varapalo muy grande».
Alcantarilla agradece el apoyo de los propietarios de Torrequemada, la familia Gonzalo Guzmán, «con los que llevamos 40 años dejando los bueyes. Gracias a Dios la finca no tiene nada que ver con todo esto y estamos convencidos de que se trata de un hecho aislado ya solventado».

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