jueves, 29 de septiembre de 2011

El móvil robado a la víctima de La Juliana se usó tras el asesinato cerca del piso de la acusada

El móvil que le fue robado a Andrés Toro, el banquero fallecido de dos disparos en su chalet de La Juliana, dio a la Guardia Civil la prueba clave para detener a Natividad Cantero, su exmujer, como autora del crimen. Así, lo explicó ayer el jefe de la Guardia Civil que dirigió la investigación, ya que tras su muerte las antenas lo localizaron en distintos puntos de la ciudad que precisamente coinciden con el recorrido que la acusada hizo la tarde del 15 de junio de 2008. Una de esas llamadas que recibió localizó el móvil en el repetidor de la calle San Vicente, justo al lado del domicilio de la procesada.


La Fiscalía cree que la exmujer se llevó tanto el teléfono móvil como el fijo inalámbrico para averiguar las llamadas y mensajes de otras mujeres. El móvil, tras el crimen, permaneció encendido durante toda la tarde hasta que por la noche se perdió la señal, lo que permitió saber qué recorrido hizo la persona que se lo llevó que, aún así, "no tenía por qué ser la misma que lo mató", aclaró el agente. Al estar encendido, cada vez que recibía una llamada saltaba el repetidor más cercano y así se pudo localizar. Además, la persona que lo sustrajo también envió un SMS en blanco a la novia del banquero.

Según el informe de la compañía telefónica, la última llamada a la que contestó Andrés se produjo a las 12.10 horas. Unas tres hora después en el registro constan dos llamadas realizadas por su hijo, que ya no fueron contestadas. La siguiente llamada que recibió el móvil fue de la novia de la víctima a las 18.11 horas, que entró por el repetir de Bollullos de la Mitación, "lo que quiere decir que aún estaba en la casa o en los alrededores", explicó el guardia civil. La novia volvió a llamarle a las 18.31 horas, saltando entonces la antena de Benacazón, "puede que porque estuviera cerca o porque el repetidor de Bollullos estaba saturado y saltó el más próximo".

Andrés no respondía y su novia insistió a las 19.39 horas. El repetidor que saltó entonces fue el de la calle San Vicente, una vía perpendicular al domicilio de la acusada, que vivía en la calle Pascual de Gayangos. Ya a las 20.52 horas, la novia volvió a probar suerte y en esta ocasión las antenas sitúan al móvil en Bami, "donde justamente está el hospital Virgen del Rocío, en el que por entonces estaba ingresada la madre de Natividad". Es más, ella misma admitió que esa tarde fue a visitar a su madre. Las últimas localizaciones fueron a las 22.25 horas, cuando desde el móvil de Andrés se envió un SMS en blanco a la novia de éste al que ella contestó con otro en blanco, siendo el repetidor de Alférez Provisionales el que saltó. "Ese es el camino de vuelta del Virgen del Rocío a la domicilio de la acusada", dijo el jefe de la investigación.

Confesó el crimen. Sin embargo, esta prueba no era suficiente para detener a Natividad, pero "el círculo se cerró cuando el tío político de ésta relató voluntariamente cómo oyó a la acusada confesarle el crimen a su mujer". Este hombre llegó a precisar detalles que "en ese momento sólo teníamos nosotros porque las actuaciones eran secretas". Así, les señaló que Natividad había entrado por la puerta de la cocina, que le disparó dos veces con el arma que él le había regalado años antes y que los proyectiles que usó eran "nueve corto y plateados". Los mismos que fueron localizados en la escena del crimen y en casa de la acusada. Sin embargo, este testigo no podrá ratificar este testimonio, ya que no puede declarar por impedimento físico y mental.

El juicio, en el que la acusada se enfrenta a penas de hasta 29 años de cárcel, continúa hoy con la declaración de los forenses y los peritos.

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